Nadie en el mundo es ilegal


Graffitis, señales, pegotinas, carteles... las calles montevideanas hablan, y en esta ocasión nos gritan "NADIE EN EL MUNDO ES ILEGAL".


Éste proyecto, que busca empapelar Montevideo, surgió en el seno del taller de serigrafía dictado en la Escuela de Arte y Artesanías Pedro Figari, como forma de apoyar y crear conciencia sobre la inmigración. Integrantes del mismo declaran a Teledoce que cuatro de sus compañeros son inmigrantes y esto en parte, fue un motivo para llevar a cabo la iniciativa. Proponen que las personas descarguen el diseño de la web y colaboren expandiendo la intervención a lo largo y ancho de la urbe.

Montevideo es una ciudad multicultural, empapada por diversas culturas que arriban junto a extranjeros y extranjeras, migrantes que eligen el paisíto como lugar de residencia, sea temporal o provisoria. En Uruguay éstos se encuentran amparados por la legislación nacional a través de la Ley de Migraciones (N° 18.250) y el Estatuto del Refugiado (N° 18.076), además del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional de los Refugiados, entre otras Declaraciones de organismos internacionales de los cuales el país forma parte.

En Uruguay existe el apoyo y promoción de diversos derechos como por ejemplo, acceso a la salud, trabajo, seguridad social, vivienda, educación, integración sociocultural y participación en las decisiones de la vida pública. Pero no en todos los países se concibe o ampara a los extranjeros de tal forma. Un caso muy reciente y polémico es el de migrantes hondureños que camino a EE.UU se toparon con un obstáculo: una valla los aguardaba en Tecún Umán.

¿Qué pasa en Honduras?

El pasado sábado (13 de octubre) millones de hondureños y hondureñas salieron en busca de mejores condiciones de vida, huyendo de la pobreza, la delincuencia cotidiana y la violencia de su país; "en nuestro país no hay empleo, no hay un techo digno para las personas, no hay alimentación, no hay salud, no hay educación", "somos inmigrantes, no somos asesinos, vamos en marcha por una vida mejor" declara un hondureño a BBC.

La valla indeseada

En la mañana del viernes 19 de octubre al llegar la gran ola de inmigrantes a Tecún Umán, (ciudad guatemalteca) donde se encuentra la frontera con Ciudad Hidalgo (ciudad mexicana), se encontraron con la valla de control fronterizo mexicano, la cual le impidió avanzar. Luego de arduas horas de espera, tensión y desesperación, éstos lograron derribar la valla, acto ante el cual los efectivos policiales mexicanos reaccionaron empleando gases lacrimógenos.

Una vez realizado el cruce miles de hondureños quedaron varados en el puente sobre el río Suchiate mientras que otros optaron por volver a Guatemala y algunos pocos por tirarse desde el puente, siendo rescatados por balseros a la brevedad. Luego de un intercambio entre los inmigrantes y el personal policial, el cual incluyó piedras, la Policía Federal de México buscó proceder mediante un "ingreso ordenado".

México, luego de restablecer el orden y solicitar ayuda a la ONU, buscó lograr un ingreso tranquilo y ordenado por parte de los inmigrantes ya que "como país de orígen, tránsito, destino y retorno de personas" saben que "quienes deciden dejar su lugar de origen en busca de mejores condiciones de vida enfrentan una gran vulnerabilidad" por lo que, luego de lo ocurrido y en base a su marco legal, "los inmigrantes de la caravana podrán solicitar el ingreso por las vías que establecen nuestras leyes y el Derecho Internacional" (solicitando la entrada al país con visa y pasaporte o mediante una solicitud de refugio) como expresó Enrique Peña Nieto, presidente de México, a través de un comunicado de la Presidencia de la República. Pero, a pesar de sus intenciones, el gobierno mexicano se encuentra presionado por un factor importante: el gobierno estadounidense.

Presiones potenciales

Mike Pompeo, secretario de estado de EEUU, expresó en una rueda de prensa el deseo del gobierno estadounidense de ponerle alto a esta "cifra récord de inmigrantes de Honduras" en la frontera de México. Mientras tanto, Trump dedicó algunos tweets haciendo referencia a la situación y retomando su discurso anti-inmigrantes, amenazando con quitar su ayuda económica a Centroamérica y cerrar la frontera sur de Estados Unidos. Además, culpó al Partido Demócrata de promover una "apertura de fronteras" con leyes débiles, ¿Acaso está sacando ventaja política de esta situación? Movilizar el miedo ante los inmigrantes y poner sobre la mesa su cuestionable política de "tolerancia cero" ¿Será parte de su estrategia para las elecciones que se aproximan?

Dentro del imaginario colectivo estadounidense se ve a los inmigrantes como factores negativos en la vida cotidiana de la población "natural" al afectar su economía, alterar su mercado laboral, aumentar el delito y el narcotráfico de drogar, entre otros aspectos. Trump está centrando la atención de los votantes en una problemática más "interesante" para ellos, dejando de lado las elecciones (que no son obligatorias en su país), aumentando así las posibilidades de que el porcentaje de personas con capacidad para votar no lo hagan, disminuyendo la cantidad de electores a un porcentaje no representativo de la población. A un poco más de dos semanas de las elecciones, ¿Funcionará su estrategia?

¿Qué opinan las redes?
Ante estos hechos han surgido diversos "hashtag" en apoyo a los inmigrantes, algunos de ellos son #CaravanaMigrante #TodosSomosMigrantes #NadieEsIlegal
El uruguayo Jorge Drexler, como otros personajes públicos de todas partes del mundo, se sumó a la campaña, compartiendo su canción "movimiento" la cual trata sobre la parte inmigrante que todos llevamos dentro.

"Somos una especie en viaje (...) estamos vivos porque estamos en movimiento",
 "somos padres, hijos, nietos y bisnietos de inmigrantes (...) de ningún lado del todo, de todos lados un poco"

Empatía, solidaridad y apoyo a aquellxs hermanxs migrantes que deben dejar su tierra en busca de una vida digna,
 es cuestión de Derechos Humanos,
 respetémoslos.



Por Malena Peralta, para Ahre!
Editado por Nahuel Bica y Antonio Gannello

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