¿Infancia y sexualidad?
En medio
de un caos por la Educación Sexual en el sistema educativo, especialmente por
la Guía de Educación Sexual, surgió un nuevo hashtag que revolucionó Twitter: “#AMisHijosLosEducoYo“.
Ante esto surgen las preguntas ¿realmente educamos a nuestros hijos en materia de salud y/o derechos sexuales y reproductivos? ¿cuáles son las causas detrás del rechazo ante tal modificación?
Ante esto surgen las preguntas ¿realmente educamos a nuestros hijos en materia de salud y/o derechos sexuales y reproductivos? ¿cuáles son las causas detrás del rechazo ante tal modificación?
Efectos culturales
La concepción no sexuada que tenemos sobre los niños y las
niñas es el problema fundamental. Generalmente, ante los ojos y la gran
diversidad de miradas que se encuentran dentro de la sociedad, los más
pequeños no son considerados sujetos de derecho dentro del ámbito de los
derechos sexuales y reproductivos. Nuestro chip histórico-cultural nos ha
impuesto que así no va, que son incompatibles.
“La incorporación de la Educación Sexual en el sistema
educativo uruguayo se encuadra en un marco jurídico determinado por el Código
de la Niñez y la Adolescencia, la Ley General de Educación N°18.437 y la Ley de
Defensa del Derecho a la Salud Sexual y Reproductiva Nº 18.426” así lo explicita la propia Guía de Educación Sexual en su prólogo. Aquí es donde entra en juego
el paternalismo jurídico como forma de intervención en el ejercicio de derechos
del niño, basándose en la concepción de que “el individuo [niño] puede realizar
elecciones perjudiciales para sí mismo”.
Ligado a la concepción tradicional sobre la infancia en el
imaginario colectivo y al paternalismo jurídico, la progresiva autonomía como
ser social y sexuado tampoco es respetada, ¿acaso la “inocencia” de los niños
se ve afectada por informarlos sobre sus derechos e impulsarlos a vivir una
sexualidad libre, segura y consciente? ¿Por qué vinculamos “inocencia” a
infancia? ¿Por qué la educación sexual es incompatible con esa inocencia? Las
respuestas se encuentran impregnadas en nuestra historia, donde fuertes
componentes místicos y católicos refuerzan estas concepciones, dando lugar a una sexualidad puramente adultocentrista.
¿Qué entendemos por sexualidad?
La OMS define a la sexualidad como “un
aspecto central del ser humano, presente a lo largo de toda su vida. Abarca el
sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad,
la reproducción y la orientación sexual”.
Partiendo de esta definición, es necesario plantear que desde la primera infancia los niños comienzan a explorar sus
cuerpos y autoestimularse. Es la etapa preescolar comienzan a formar su
identidad de género y en la etapa escolar construyen una imagen tanto de su
identidad de género como de su identidad sexual, basándose en estereotipos e información
brindada por el entorno. Es notoria la repercusión que conlleva responder a sus preguntas con veracidad (dejando de lado a "la cigüeña" y otros tantos mitos), haciendo
énfasis en lo sexual-afectivo y el conocimiento propio como base para una
sexualidad plena.
"Cosquillas, besos y abrazos"
Algo que generó gran polémica es una de las actividades planteadas en la segunda
parte (la primera refiere a contenidos conceptuales) de esta misma guía,
denominada “Cosquillas, besos y abrazos”.
Ésta propone conectar con un/a
compañero/a a través de los sentidos, especialmente el tacto, masajeando,
abrazando y acariciando a la pareja. Busca creas vínculos, confianza y
seguridad con cierto énfasis en la afectividad, permitiendo visualizar que la
sexualidad excede las relaciones sexuales (la misma guía aspira a la no
reducción de éstas a puramente coitales). Por otro lado, propone que el niño o
la niña sea capaz de establecer límites a la hora de enfrentarse a su propia
sexualidad y compartir su intimidad con un/a tercero/a.
¿Por qué dentro del núcleo familiar estos temas siguen considerándose un tabú?
La necesidad de una buena educación sexual es notoria, la institución educativa al igual que la familia deben adaptarse a los cambios sociales (como la gran diversidad actual, la multicultura presente en la sociedad y la progresiva liberación de identidades/orientaciones sexuales) en pro de avanzar con una perspectiva en derechos humanos, teniendo presente a los derechos sexuales y reproductivos.
La guía ofrece una educación sexual basada en los vínculos sexuales-afectivos, en el consentimiento mutuo y el ejercicio de una plena sexualidad, sin dejar de lado el erotismo.
Apostemos al avance, a la capacidad de reflexión de los más chicos. Dejemos de verlos como seres moldeables y dependientes.
Por Malena Peralta para Ah re!
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